Nos despertamos temprano con la fresca manchega y nos ponemos rumbo a Valdepeñas a las 7:20. ¡Rumbo a la capital manchega del vino!
Viajamos durante todo el camino con un refrescante viento que nos anima a continuar hasta nuestro destino sin parar en ni un solo momento hasta nuestra entrada en Valdepeñas a las 10:30.
El recibimiento es espectacular: nos dan muchos ánimos y fuerzas para continuar nuestro camino a Madrid. Unas cincuenta personas nos reciben con los brazos abiertos, abundante comida y, entre los anfitriones, una banda de música amenizó nuestra llegada. Tras una deliciosa comida (¡gracias!), algunos nos dirigimos al pabellón deportivo donde podemos descansamos un rato.
A las 9 bajamos a la Asamblea, pero antes de hacerla se hace una performance. Un rebaño indignados disfrazados de ovejas (el pueblo) y policías (apaleaban a los indignados por intentar llevarse a las ovejas a su lado, pues como en la vida real, apoyaban a los banqueros y a los políticos.
En la Asamblea que celebramos, asiste mucha gente, con una gran participacion ciudadana. Una vez terminada la asamblea nos vamos a la cama ya que al día siguiente salimos muy temprano en dirección Manzanares.